Los militares primero, y Perón después
promovían una política equidistante con las dos potencias dominantes, ni
Estados Unidos ni la URSS. Esta tercera posición se basaba más en un
pensamiento nacionalista. A pesar de eso, generó relaciones diplomáticas con la
URSS y trató de recomponer, con poco éxito, relaciones con los Estados Unidos.
Estados Unidos tenía dos razones
fundamentales para boicotear a la Argentina: Argentina era una competencia para
las exportaciones de granos para los Estados Unidos y la Argentina se había
declarado neutral durante la guerra. Estados Unidos comenzó a vender productos
industriales a América Latina, logrando reemplazar a la Argentina y obstaculizó
la venta de alimentos a la Europa hambrienta de la posguerra. Este fue un boicot sistemático ya que se
mantuvo durante años y en distintas áreas de la política y el comercio
internacional.
Sin embargo cabe resaltar que Gran
Bretaña no aceptó el boicot y siguió comprándole a la Argentina, básicamente
carne.
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