Esta frase se puede afirmar ya que, aunque Perón
le concedió grandes beneficios a la clase trabajadora, a medida que se
desarrollaban los conflictos entre laboristas y radicales renovadores, Perón
ordenó la disolución de los distintos nucleamientos que lo habían apoyado, (que
culminó con la creación del Partido Peronista).
Como era de esperarse, la clase trabajadora nos se resistió, ya que
éstos le agradecían enormemente al presidente todos los beneficios que éste le
había brindado.
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