El fin de la guerra y la conclusión de esa suerte
de “vacío de poder” en el mundo, había permitido el crecimiento de distintos
sectores industriales marginales como el argentino. Obviamente, ya se había
abandonado la idea de una vuelta a la “normalidad”; por lo que se plantearon
diferentes ideas en relación con el futuro económico del país:
·
La de Pinedo, en 1940, que planteaba estimular las
industrias “naturales”, capaces de producir eficientemente y de competir en los
mercados externos, asociarse con Estados Unidos para sustentar su crecimiento,
y a la vez mantener un equilibrio entre el sector industrial y el agropecuario,
del cual debían seguir saliendo divisas necesarias para la industria.
·
La planteada por grupos militares durante la
guerra, que buscaba profundizar la sustitución, extenderla a la producción de
insumos básicos (como el acero o el petróleo), y todo esto mediante una
decidida intervención del Estado para de esa manera asegurar la autarquía.
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